14 de DiciembreOctubre 'PÁJARO DE FUEGO Y CHOPINIANA' BALLET DEL TEATRO ESTATAL DE TIBLISI
En 1909, Sergei Diaghilev, director de los Ballets Rusos, le solicitó al músico ruso Igor Stravinsky la primera obra por encargo de su carrera: la música para un ballet cuyo tema sería un cuento popular basado en una leyenda folclórica rusa conocido como “El Pájaro de Fuego”. El estreno de la obra, como parte de la puesta en escena de Diaghilev, tuvo lugar el 25 de mayo de 1910 en la Ópera de París, con coreografía de Mikhail Fokin y resultó un éxito que marcó la presentación de Stravinsky en sociedad. Hoy, forma parte del gran clásico repertorio ruso. Relato coreográfico en dos partes y siete cuadros. Pájaro de Fuego A la caza del pájaro de fuego, el príncipe Iván aguarda por la noche cerca del árbol de manzanas de oro. La hermosa ave aparece y revolotea cerca del árbol mientras el príncipe espera y acecha. Finalmente, Iván atrapa al pájaro de fuego, que le pide clemencia. El príncipe se conmueve, le concede la libertad y la criatura mítica le regala una pluma mágica. Las trece princesas encantadas llegan al árbol de manzanas de oro sin ver a Iván, quien pasa inadvertido contemplando su hermosura. Las princesas juegan con los frutos de oro mientras el príncipe se enamora de una de ellas. Iván sale de su escondite ante la sorpresa de las princesas y le pide a su elegida que se acerque, tras lo que se inicia una danza de enamorados. De pronto, las princesas se agitan, se despiden y se van precipitadamente, pues está a punto de amanecer. Iván permanece solo y lo encuentran los monstruos guardianes de Kaschei, quienes lo capturan. Llega el malvado semidiós y condena a muerte al príncipe Iván, a pesar de las súplicas de las princesas. Iván recuerda la pluma mágica que tiene en su poder, la saca y el pájaro de fuego aparece. El mítico ser volador encanta a los guardianes de Kaschei y los envuelve en una danza infernal que termina por derrotarlos. El pájaro canta una canción de cuna con la que todos, menos Iván, son vencidos por el sueño, incluyendo a Kaschei, quien despierta después de un momento. El pájaro de fuego le entrega al príncipe el cofre de acero que contiene el huevo con el alma del malvado semidiós. El príncipe toma el huevo y lo destruye, con lo que acaba con la vida de Kaschei. Los hechizos de Kaschei desaparecen: los doce caballeros petrificados regresan a la vida y las trece doncellas quedan libres del maleficio. Amanece, la alegría los invade a todos y, por fin, Iván y su princesa pueden ser felices. Chopiniana Chopiniana, ballet en un acto que fue coreografiado por Mikhail Fokin en 1909 en San Petersburgo, se presenta como una suite bailada sobre la música de Federico Chopin, orquestada por Alexander Glazunov. Se estrenó en París bajo nuevo nombre, “Les Sylphides”. Es un ballet clásico blanco, puro, simple y no requiere ninguna introducción o contexto. Fokin diseñó su coreografía respecto de un tema fundamental: las visiones fugitivas que nacen de la imaginación de un poeta y lo transportan al reino de los sueños, donde imperan las sílfides. La acción se desarrollará siempre en dos universos diferentes: el terrestre y el sobrenatural y legendario. La interacción de ambos se concretará con un representante del mundo terrestre y otro del mundo de ensueño. Es considerada como la obra maestra de Fokin. Una sílfide es una criatura imaginaria que habita el aire de los bosques y campos. Pertenece a la mitología europea, especialmente la germánica y escandinava. Con la llegada del romanticismo, éste presentó a las sílfides como seres voladores femeninos, etéreos, gráciles y de gran belleza, que provocan un enamoramiento pasional y un amor imposible de atrapar. El compositor ruso Alexander Glazunov creó en 1892 una suite orquestal con cuatro piezas de Chopin y que fue interpretada en un concierto en diciembre del año siguiente bajo la dirección de Rimsky-Korsakov con el título de Chopiniana. En 1908, esta obra se estrenó como ballet en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo con el título de “Rêverie Romantique: Ballet sur le musique de Chopin o Chopiniana”. La coreografía era del conocido Mikhail Fokin, también famoso bailarín, e incluía por su expresa petición un nuevo número musical de Chopin. Pero fueron los célebres ballets rusos de Diaghilev en su presentación en París del año 1909 los que darían a conocer la versión que se haría famosa. Diaghilev mandó orquestar de nuevo la música a autores prestigiosos, como Liadov, Tanayev, Tcherepnin y Stravinsky, conservando la original de Glazunov para el vals. Se estrenó el 2 de junio de 1909 en el Thèâtre du Châtelet de París, con decorados de Alexandre Benois, el nuevo título de “Les Sílfides” y unos protagonistas hoy legendarios: Nijinsky, Pavlova y Karsavina. Como novedad, era el primer ballet que carecía de argumento, sus personajes eran el joven o el poeta y un grupo de blancas sílfides bailando ante un decorado que representaba el jardín de un castillo en ruinas a la luz de la luna. Aunque tampoco cuesta mucho imaginar una ligera trama, por ejemplo: un joven poeta pasea solo por el bosque al atardecer en busca de inspiración tal vez o soñando con su amada. Cansado, se detiene junto a las ruinas de un viejo castillo y allí se queda dormido. Al salir la luna, aparecen un grupo de etéreas sílfides (nada que ver con las vengativas Willis de Giselle) que lo rodean invitándole a participar en una maravillosa danza. Al amanecer, desaparecen y el joven poeta despierta sin saber si todo ha sido un sueño o una realidad. |